La hipertensión arterial es una patología crónica que consiste en el aumento de la presión arterial. A su vez, la presión arterial es una medida de la fuerza sobre las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre a través del cuerpo. Una de las características de esta enfermedad es que no presenta unos síntomas claros y que estos no se manifiestan durante mucho tiempo.
Algunos estudios han concluido que el riesgo de tener la tensión alta por la noche es mayor y, por ende, existe un mayor riesgo de padecer un ataque al corazón o un ictus, es por esta razón que se aconseja medicarse justo antes de irse a dormir. Por otra parte, un ensayo realizado por la Fundación Británica del Corazón, determinó que tomar por la mañana la medicación para la hipertensión es igual de eficaz que hacerlo por la noche. Por consiguiente, la mejor hora para tratarse dependerá de las condiciones propias de cada paciente. Para poder ajustar la hora de ingesta del medicamento, se debe medir de forma regular la presión. Durante la medición de la presión, los médicos resaltan que existen múltiples circunstancias que alteran los resultados, por ejemplo:
- Fumar o ir al baño justo antes de realizar las mediciones.
- Ingerir sustancias excitantes como chocolate, café o té.
- Algunas personas se ponen nerviosas estando frente a un médico, hecho que altera los resultados.
- La hora del día en el que se realice la prueba.
A pesar de las distintas opiniones sobre la hora a la que se debe tomar la medicación, lo que es incuestionable es que la presión arterial varia a lo largo del día. Por la noche, lo que se ha de controlar es que los parámetros no sean altos, es decir, lo habitual es que la presión arterial por la noche baje puesto que se está calmado y por ello los valores de presión nocturnos no habrían de superar los 120-80 y durante el día 135-85. Es preciso señalar que estos parámetros varían en función del sexo. En el caso de las mujeres, estas tienden a presentar unos niveles más bajos. Además, otros factores como la ansiedad, el ruido, la luz, padecer depresión alteran la calidad del sueño, pudiendo desarrollar trastornos del sueño. Estos trastornos se relacionan con un peor pronóstico evolutivo en pacientes con ictus, siendo los trastornos del sueño uno de los principales desencadenantes de tener la presión alta por la noche.
Hábitos de prevención
Tener hábitos de vida saludable y, sobre todo, evitar el sobrepeso y la obesidad son los principales factores para prevenir la aparición de la hipertensión.
Los especialistas señalan que llevar una dieta sana y practicar ejercicio puede ayudar a que la población general esté exenta de sufrir esta patología.
En los casos en los que en la familia haya antecedentes de hipertensión y por tanto haya una predisposición a ser hipertenso a lo largo del tiempo, este factor genético supone una llamada de atención adicional a que el paciente cuide esos hábitos de vida y vigile sus cifras de tensión arterial.
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